martes, 18 de noviembre de 2014

A sus majestades los Reyes Magos de Oriente.

Queridos Reyes Magos:
A veces creo necesario pegar saltos en el tiempo, ¿sabéis? Casi nueve años después de enterarme que no sois más que producto de mi imaginación, me siguen brillando los ojos la mañana del día 6 de Enero y durante el resto del año anhelo ese olor a Cabalgata por las antorchas de los pajes, el ruido de los caramelos chocando contra el suelo, las risas de los niños, incluso los llantos de los más pequeños.
Recuerdo que la última carta que os escribí fue cuando tenía 8 años y he pensado que era hora de volver a dirigirme a vosotros.
No voy a pedir regalos al aire, ni siquiera esa chaqueta militar que tanto quiero y supongo, vosotros lo sabréis.. Ni puedo pediros la paz mundial, la cura contra determinadas enfermedades, el desarrollo de los países del tercer mundo.. Nada. En verdad no puedo pediros nada.
Supongo que estas palabras, casi que sin sentido están brotando de mis pensamientos por mero aburrimiento o que, tal vez, echo de menos corretear por los pasillos riendo, arrastrarme por el suelo, tirarme del sofá, bajar cuestas rodando, caerme de la bici, escribir diarios incoherentes, jugar con los peluches, abrir regalos, incluso las heridas de las rodillas.. Verdaderamente me dabais la vida, majestades.
Atentamente y siempre vuestra: La pequeña de ojos negros.

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